El compostaje, una técnica ancestral que consiste en descomponer materia orgánica para obtener un abono natural, está adquiriendo cada vez más relevancia en la búsqueda de soluciones para la gestión eficiente de residuos y la preservación del medio ambiente. Esta práctica, que combina el respeto por la naturaleza con la obtención de beneficios para el suelo y la salud del planeta, ha ganado popularidad en los últimos años debido a sus numerosas ventajas.

La historia personal de la Victoriense Francisca Melín (40) ejemplifica cómo el compostaje se ha transmitido de generación en generación, arraigado en las costumbres de la crianza en el campo. Desde su infancia, ha sido testigo de cómo los desechos eran clasificados y valorados en su entorno familiar, una cultura basada en lo retornable más que en lo desechable. Esta educación temprana ha fomentado su amor por la tierra y la conciencia sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.

A pesar de los cambios en la sociedad y la falta de enseñanza formal en las escuelas sobre el compostaje, Francisca ha mantenido viva la tradición en su hogar. Su compromiso diario con el compostaje demuestra que esta práctica puede adaptarse incluso en viviendas pequeñas, desmintiendo mitos comunes, como el mal olor. Con conocimientos adecuados y un equilibrio en la composición del compost, se pueden evitar olores desagradables y obtener un abono de alta calidad. “El primer paso para comenzar tu propio compostaje es seleccionar el lugar adecuado en tu hogar. No te preocupes si no tienes un gran patio, porque puedes hacerlo en espacios pequeños”, comenta, “la clave está en adaptar el proceso a tus posibilidades y necesidades”.

Una vez que se tenga el espacio designado, es momento de recolectar los materiales adecuados. El compostaje se basa en la descomposición de materia orgánica, como restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo, posos de café, papel y cartón, hojas secas y recortes de césped. “Una vez que tienes tus materiales, comienza a agregarlos en tu compostera en capas alternadas”, explica. Además es importante mantener la humedad adecuada, similar a una esponja húmeda, para promover la descomposición. “Si está demasiado seco, agrega un poco de agua; si está demasiado húmedo, añade materiales secos”, señala.

Una vez que tu compost esté listo, podrá utilizarlo en el jardín, macetas o huerto. Este “oro negro” es rico en nutrientes y un fertilizante natural que promueve el crecimiento de plantas saludables y reduce la dependencia de fertilizantes químicos. Pero a pesar de los beneficios evidentes del compostaje, su implementación a gran escala todavía enfrenta desafíos. La falta de conciencia y educación sobre su importancia, así como la necesidad de una infraestructura adecuada para su gestión, son obstáculos que deben superarse. Sin embargo, a medida que más personas adopten esta práctica en sus hogares y los gobiernos implementen políticas de gestión de residuos más sostenibles, el compostaje se convertirá en una realidad accesible y contribuirá a construir un futuro más equilibrado.

   Es por ello que el compostaje desde el hogar ofrece la oportunidad de convertir los desechos en un recurso valioso para la tierra. Con un espacio adecuado, materiales seleccionados y un poco de dedicación, se puede disfrutar de los beneficios de este proceso natural.

Depende de todos nosotros seguir el ejemplo de Francisca y adoptar el compostaje como parte de nuestra rutina diaria, contribuyendo así a la preservación del medio ambiente y la construcción de un mundo más sostenible. Así que atrévete a convertirte en maestra o maestro del compostaje y contribuye al cuidado del planeta desde tu propio hogar.

Fuente: RRPP Municipalidad de Victoria.