COLUMNA DE OPINIÓN: Andrés Llancapán – Ingeniero Comercial. Gerente Corporación de Turismo Araucanía Andina.

La economía mundial ha cambiado. Se hacen cada vez más comunes conceptos como la desaceleración, inflación, alza de precios. Todas las industrias se han visto afectadas a nivel global, y entre ellas, una de las que se ha visto más afectada, es la del turismo.

Si bien se ha declarado la apertura de las fronteras en Chile hace unos días, la llegada de turistas extranjeros será lenta y paulatina, entonces, ¿Dónde concertamos nuestras energías de promoción? En los mercados internos.

La Araucanía, es un destino imperdible y en particular, la provincia de Malleco tiene grandes atractivos naturales, culturales y gastronómicos, muchos de ellos únicos a nivel nacional. Esta zona tiene una ventaja comparativa respecto de otras zonas turísticas – distanciamiento social – concepto que llegó para quedarse en el vocabulario del turismo. Turistas de todo el país visitan este destino por las diferentes actividades que se pueden realizar: nieve, Trekking, termas, gastronomía italiana, gastronomía mapuche, deporte aventura, entre otras.

Para posicionarse se debe hacer un trabajo articulado entre empresarios, emprendedores y entidades públicas. Los esfuerzos en promoción deben estar direccionados hacia el mercado interno valorando conceptos como tranquilidad, calidez, gente, descanso. Además, se deben generar alianzas inter destinos que permitan aumentar la estadía de los turistas – La ruta del Pehuén – por ejemplo, es una ruta interesante desde Purén hasta Lonquimay.

Ejemplos como este, nos muestran que la provincia de Malleco tiene una oportunidad única  para convertirse en un destino turístico emergente dentro de Chile.

Por último, se hace cada vez más necesario incorporar conceptos como economía circular, innovación y sostenibilidad al turismo, en donde se demuestren las buenas prácticas en estas materias, lo que generará un alto valor, acompañado de productos y experiencias innovadoras que lleven a los turistas a tener una vivencia  única, verdadera y auténtica.